Hoy queremos compartir con vosotros un artículo de Jaime Guijarro Jefe del Departamento de Orientación, sobre la importancia de la gestión del aburrimiento en nuestros hijos.
“En esta situación que nos encontramos, tenemos que gestionar muy bien nuestros miedos, ansiedad y culpabilidades respecto a nuestros hijos.
“mamá-papá…me aburro” esa sencilla frase puede hacernos entrar en crisis en estos días de confinamiento tan largos.
Como generación hemos asumido la responsabilidad vital de conseguir tener entretenidos a nuestros hijos 7 días a la semana durante todas las horas que están despiertos. El colegio y los amigos de los niños nos cubrían hasta ahora una parte importante de ese mandato divino irrenunciable.
¿Pero y ahora?
Lo primero debemos diferenciar la distracción, del juego. Son 2 conceptos que confundimos con mucha frecuencia. Como padres nos empeñamos en declarar la guerra a la distracción, pero esa es la peor manera de poder jugar con ellos (solo les entretenemos) ya que no les dejamos que sean ellos mismos (mermando de paso su autoestima, uno de nuestros grandes problemas de hoy).
Aburrirse favorece la salud mental y el desarrollo personal de nuestros niños porque les lleva a estar más tiempo con ellos mismos. Necesitan tener momentos donde no pasa nada. Solo aquí el niño aprenderá a reflexionar. Y como adultos debemos vigilar estos momentos desde la distancia (solo deberemos intervenir si ese espacio del niño conduce a la agresividad o si notamos que esté afectando en su inseguridad personal). Es un buen momento para educar en la frustración con la mayor naturalidad del mundo.
Los niños deben aprender a base de gestionar su tiempo sin nada y siempre desde su libertad de cómo hacerlo. Es la mejor manera de tomar conciencia de nosotros mismos, de nuestros pensamientos y sentimientos. Esto es fundamental en la educación de inteligencia emocional en nuestros hijos y alumnos.
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