Hoy hablamos con nuestro compañero Guillermo, profesor de tecnología de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos, que este próximo viernes 17 de noviembre presenta en el salón de actos su libro de ciencia ficción “Domus”.
- Hola Guillermo, te defines como profesor, ingeniero en informática y un apasionado de los videojuegos, el cine y la ciencia ficción. ¿Cómo llega un ingeniero en informática a la docencia?, ¿en tu caso es vocacional?
¿Qué tal? Pues ojalá fuese más sencillo responder a eso. Es verdad, resulta algo curioso ese cambio de mundos, y sin duda es algo que solo puede efectuarse desde una vocación. En mi caso era algo que tenía ahí, pellizcándome mientras me dedicaba a la consultoría y a la programación. Nunca me he considerado un informático de nivel, pero sí descubrí que enseñar informática se me daba bien. El último empujón fue darme cuenta de que mientras estaba trabajando en esos castillos de cristal, que conocemos como consultoras y desarrolladoras, mi cabeza estaba pensando en cómo ayudar a los chavales del barrio que me pedían clases particulares por las tardes en diversas áreas de ciencias. Antes de darme cuenta, ya estaba moviéndome para sacarme el máster de profesorado.
- ¿Cómo y cuándo despertó en ti la faceta de escritor?
La traía conmigo desde la adolescencia. Escribir era una vía de escape, descontrolada e íntima. Mi cabeza giraba -y gira- definiendo historias y escenarios. Escribir todo eso se convierte en una necesidad crónica, para la cual sacas tiempo de donde sea necesario. La familia y amigos a los que les cayó algún borrador mío me animaron a seguir mejorando. Y hace un año fue cuando decidí lanzarme a publicar.
- ¿A la hora de escribir, influye en algo tu experiencia como profesor?
En parte sí. Me voy dando cuenta de que, al igual que en la enseñanza vas aprendiendo qué palabras y qué frases son mejores para que te entiendan bien un contenido, se deben seleccionar las palabras adecuadas para alcanzar a los lectores. Aunque en el caso de la escritura es más emocionante, ya que no solamente tienes que conseguir que entiendan tus historias y personajes, sino que les resulten interesantes y atractivas.
- ¿Crees que la literatura es capaz de despertar en los jóvenes su verdadera vocación?
De hecho, tengo la certeza de que esto es así. Los jóvenes pueden ver cómo esos universos vocacionales pueden ser extendidos a través de los libros. Creo que cuanto más se lee, más niebla se despeja sobre lo que nos apasiona en la vida. Y al revés también funciona este efecto. Los libros pueden ayudarte a saber qué caminos no son para ti.
- El relato de Domus transcurre en el SXXII y habla de robótica, inteligencia artificial, tecnología, realidad virtual (VR) video juegos, etc. ¿De qué manera crees que la tecnología puede ayudar en la enseñanza?
La tecnología en sí misma debe cumplir la función de facilitarnos la vida en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero esto no se cumple en todos los casos. Hay ocasiones en las que da la sensación de que se desea sustituir con la tecnología, funciones que siempre serán del dominio humano. A pesar de mi perfil, suelo pedir que no se renuncie nunca a esa realidad analógica que hace de la enseñanza una profesión tan bonita. El objetivo de los recursos TIC debería ser que los alumnos lograsen un desempeño más autónomo sin perder la capacidad de asombro. Motivados por su curiosidad y las ganas de aprender. En el momento en que la tecnología deje de alimentar eso, tocará replantearse su forma de uso en las aulas.
Nos vemos por los pasillos 😉
#IlusiónPorEnseñar