Hoy hablamos con Erika sobre Inteligencia Emocional y su aplicación en las tutorías. Hace unos días, pudimos asistir a una de las sesiones con sus chic@s y la verdad que parecía un juego de niñ@s en el que se representaban situaciones reales, un juego de niñ@s muy interesante 😉
- Hola Erika, Nos puedes contar, ¿Desde cuándo se trabaja la inteligencia emocional en las tutorías?
Siempre se ha trabajado la inteligencia emocional de alguna manera (cuando había alguna situación extraordinaria, algo que comentar…) y ahora, desde hace algunos años, incorporamos una sesión mensual en las aulas para que nuestr@s alumn@s amplíen su capacidad de reconocer sus propios sentimientos y los ajenos con distintas actividades lúdicas, visuales y motivadoras.
En nuestro colegio, no solo queremos centrarnos en el aprendizaje de las asignaturas que impartimos, sino que también consideramos el crecimiento personal de nuestros peques como algo esencial.
- ¿Qué te aporta a ti como tutora a la hora de relacionarte con los chavales y con la clase?
Para establecer una buena relación entre profesor y alumno es importante el día a día pero además, estas actividades nos son de gran ayuda ya que nos aportan información de gran importancia de todos y cada uno de ellos. Por ejemplo: podemos ver cómo reaccionarían y se enfrentarían ante distintas situaciones, sus habilidades sociales…y podemos ayudarles a desarrollarse integralmente como personas.
- ¿Cómo defines los juegos o roles que tienen que representar?
Las actividades propuestas son muy diversas, flexibles, lúdicas, visuales y motivadoras. Cada profesor las puede adaptar a las necesidades que tenemos cada uno en nuestras aulas. De esta manera, hacemos que sean más productivas y beneficiosas para su interiorización.
- ¿Cómo lo viven los alumnos? ¿Les sirve de verdad para aprender a relacionarse entre ellos?
A los peques les gustan mucho estas actividades ya que son situaciones reales que ellos mismos experimentan prácticamente a diario, y en las que les estamos ayudando a desenvolverse con facilidad.
¿Qué si les sirve? Por supuesto que sí. Está comprobado por estudios que los efectos de trabajar inteligencia emocional en el aula son muy diversos: aumento de habilidades sociales, mejora de la autoestima, disminución de conflictos, mejora del rendimiento académico, mejor adaptación escolar y social, así como, la disminución de la tristeza, ansiedad o estrés.
Nos vemos por los pasillos 😉
#IlusiónPorEnseñar